Cristóbal Hara opina que para hacer un trabajo fotográfico profundo hay que pertener a la cultura de aquello a lo que se va a fotografiar. Yo quise hacerlo en Albacete con la profundidad que mis más de 45 años viviendo en esta ciudad (desde que nací) me permiten.

Cuando has vivido en un determinado lugar desde siempre conoces todos sus rincones, conoces sus edificios, sus callejuelas, no obstante quizá no pasamos suficiente tiempo observando, por eso yo me sumergí en sus calles con la sola intención de observar todo aquello que durante tantos años había ya visto, me empapé de sus detalles, de la esencia de una ciudad que muchas veces se nos escapa por estar tan acostumbrados a ella.

Sin embargo el conocimiento de una ciudad tiene sus cimientos en el pasado, el que no hemos conocido y del que tenemos noticias por nuestros padres y abuelos, de nuestros mayores y de un pasado más cercano del que fuimos nosotros mismos testigos en nuestra niñez y adolescencia, un conocimiento no aprendido sino que se ha ido pegando a nuestros huesos con el pasar del tiempo.

Este es un recorrido personal, realizado en los últimos 8 años, pero trazado a través de otros muchos. Años en los que he sido testigo de las transformaciones de una de las ciudades más modernas de España, que por alguna razón ha ocultado su pasado, un pasado que existe a pesar de todo, transformaciones que están presentes también en este trabajo pese a estar realizado en los últimos años.